Angra: Una deuda saldada

Originalmente esto iba a ser una serie de tres reviews, una especie de Mati Rock Fest, como le había puesto el Doc. Pero finalmente serán sólo dos. ¿Por qué? Porque por razones de pega no pude ir a Mägo de Oz, pero al parecer no me perdí de nada.

Lo que no me podía perder era el concierto de Angra, uno de los tres grupos que esperaba ver este año (no me pregunten de los otros dos, no ha pasado nada) La principal razón se llama "Temple of Shadows", el penúltimo disco de esta banda brasileña, uno de mis cd favoritos de los últimos años, incluso superando a bandas que históricamente me gustan mucho más. Si a eso le sumamos los clásicos de la banda y el muy buen último disco, teníamos un concierto memorable.

Y se dio...pero primero...

¿Saben uds cual es el colmo de un periodista? Fuera de talla, es que las noticias que a uno lo saturan día a día te persigan en un día de relajo. ¿Qué pasó? ¿Me encontré con Chechi Bolocco en el concierto? Nooooo. ¿El grupo que teloneó se llamaba "Bonvallet y sus fakires"? Noooooo. ¿Angra comentó sus expectativas para el discurso del 21 de mayo? Noooo. ¿Mandaron en el concierto un saludo de bienvenida al ex cura Coke? Jajaja, no tampoco.

Sucedió que no me pude librar de ese engendro del mal llamado Transantiago. Verán, ese día yo me tenía que juntar más o menos temprano con mi amiga Polaka para ir al Caupolicán. Ahora, como se imaginarán, ese "mas o menos" resultó ser un "moderadamente atrasado", debido a que debido a una recepción en la embajada de Noruega (la próxima historia) yo andaba disfrazado. Dícese del tipo que tiene que andar con chaqueta y corbata. Y no podía ir así. O me confundían con emo o con fan de grupos raros que tocan pseudomúsica de pseudoanimación pseudojaponesa, o en el mejor de los casos dejaba mi único terno destrozado.

Debía cambiarme y ahí me atrasé. Y el engendro del mal me alcanzó, pues al llegar a la estación El Golf, ésta estaba cerrada y la gente se aglomeraba en la boletería. Un desastre. Pensé "¿y ahora como llego?" Luego de 15 min pasé, pero y ¿Polaka?. Había tenido el mismo problema en Alcántara y tuvimos que encontrarnos como 20 min después en El Golf en una epopeya homérica. "Súbete al último vagón del próximo metro que tenga publicidad de Visa". Aunque no lo crean resultó. Y sí, llegamos al concierto aunque entre estación y estación el metro tenía que parar varias veces por los ¡tacos!. Y estábamos tan achoclonados que para pasar le dije a una amiga "permiso señora" lo que me valió una reprimenda. Pero llegamos, y me encontré con Polaka en Universidad de Chile al salir del vagón. Tragicómico.

Al llegar nos topamos con el teloneo de Human Factor, banda chilena que reconozco, no por su música sino por su atractiva guitarrista jaja. Fue de terror. Sonó horrible, tanto que los acoples de micrófonos le hacían la segunda voz al vocalista. ¿Sonaría Angra así? Para nada.

Esta frase es "nueva", pero la usaré igualmente. Fue una explosión de energía desde el principio, con un sonido notable, muchas veces superior a los que se puede oír en el Víctor Jara o incluso en lugares como el velódromo. EL set list fue ideal para elevar la adrenalina, no hubo respiros y dejaron muy claro que esta formación de Angra, la mezcla de los genios Loureiro y Bittencourt con Falaschi, Andreoli y Priester, ya no necesita recordar el pasado para triunfar.

"Carry On", ese gran himno metalero, fue la primera, seguida por la maestrísima "Nova Era" y "The Voice Commanding You", la mejor canción del último disco. Debe ser, seguramente, una de las mejores y más potentes partidas de concierto que he visto, dejando los ánimos totalmente en alto.

Había leído y escuchado que esta nueva formación era fría en vivo. Que se mostraba aburrida y poco empática con el público. Hoy puedo negarlo con propiedad. Angra disfrutó del concierto tanto como el público, se veían relajados pero a la vez entusiasmados. Tuvieron siempre una gran conexión y comunicación con la gente. Y la gente con ellos. Son pocos los grupos que pueden decir que la gente no baja la intensidad luego de escuchar las canciones nuevas. En este caso, nunca pasó.

Luego vino "Waiting Silence", magníficamente interpretada, igual al disco, con grandes muestras de talento del bajista Felipe Andreoli y el batero Aquiles Priester. Además en esta canción empezó el show de Edu Falaschi (vocalista) quien se "acuchillaba" con el micrófono y tiraba agua hacia arriba por la boca. Un ritual gracioso al principio, un poco cansador luego de que lo repitiera en todos los solos de guitarra.

La potencia luego volvió, pues tocaron la increíble "Wings of Reality" del Fireworks y el gran clásico Z.I.T.O., dos canciones que la gente no esperaba escuchar. Posteriormente vinieron dos canciones seguidas del Rebirth, "Acid Rain" y "Heroes of Sand", canciones algo más lentas pero que no sirvieron como descanso pues, sorpresivamente para mi, todo el mundo las conocía a la perfección.

"Ego painted grey" fue una gran interpretación nuevamente, pero me la saltaré pues la siguiente, "Nothing to Say" fue, para mi, la mejor del la noche. Sonó como una tormenta, con una versión algo más oscura y potente que la del disco que habría agradado hasta a un Black Metal. La gente la gritó tanto que se sentía como el suelo temblaba. Francamente memorable.

Claro, Edu no es lo mismo que Matos. El vocalista fundador debe ser, si no el mejor del power metal, el más técnico. Y ciertamente las canciones hechas para él no le quedan tan bien al cantante actual. Pero ojo, el estilo de ahora es mucho más directo, menos melódico, mas agresivo y rockero, más de la escuela Maiden. Y en vivo, creanme, se agradece mucho.

Se acercaba el fin (si creánlo, fue corto) y quizás en eso fallaron un poco. La progresiva "Angels and Demons" está muy bien. Pero "Rebirth", por muy buena que sea, para mi es una canción más para la mitad. Y "The Course Of Nature" es una canción más para abrir que parar cerrar.

Luego vino el bis, y "Spread your Fire", la primera canción del maestro "Temple of Shadows" sí funcionó muy bien como cierre. Lo que vino después a algunos les gustó (Polaka alucinó) y a otros les cargó. Los músicos, para despedirse, cambiaron los instrumentos y tocaron "Come Together" de The Beatles y "Smoke on the water", de Deep Purple. A mi no me molestó, aunque hubiese preferido cantar Angesl Cry, Make Believe, Time, Scream your heart out o cualquiera del Temple... Pero de todas maneras fue entretenido e impresionante ver que Andreoli toca muy bien bajo, muy bien batería y muy bien guitarra, que Falaschi también es muy bueno en las seis cuerdas y que Loureiro y Bittencourt además de ser de los mejores guitarristas del estilo cantan muy bien. AH, y fue increíble ver a Priester destrozar el teclado del grupo hacer el loko. Un showman.

Después...no mucho que contar. Hacía frío y Polaka se compró todos los sourvenirs que vendían. Pero debo decir...está comprobado, Angra está de vuelta. En todos los años que no habían venido se había sembrado la duda ¿Tenían como sostenerse? La respuesta es clara...Este grupo podrá ser diferente al de antes, pero su metal es de calidad, imperdible dentro del desolador espectro del Power y el Heavy. De hecho, si me preguntan a mi cuáles son los grupos de este estilo, surgidos o consolidados en los 90, que aún siguen totalmente vigentes, la respuesta es clara: No son más de tres o cuatro, liderados por Blind Guardian y Angra.

Eso es. Me mandé un ladrillazo jajaja. Pero en fin...se viene el de La Renga! Y después...la misteriosa historia vikinga. Saludos